Cuéntase de un señor que al morir dejó el siguiente escrito, falto de signo de puntación:
“Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás pagarse la cuenta del sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo.
Fulano”
Y cada persona dio su propia lectura del documento. Cada cual daba su preferencia, según los signos de puntuación que faltaban.
El Sobrino:
“Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no, a mi hermano Luis. Tampoco jamás pagarse la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo.
Fulano”
Luis:
“¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No; a mi hermano Luis. Tampoco jamás pagarse la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo.
Fulano”
El Sastre:
“¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No, ¿A mi hermano Luis? ¡Tampoco, jamás! Pagarse la cuenta del sastre. ¡Nunca de ningún modo para los jesuitas! Todo lo dicho es mi deseo.
Fulano”
Los Jesuitas:
“¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Pagarse la cuenta del sastre? ¡Nunca, de ningún modo! Para los jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo.
Fulano”
Y al final intervinieron los Tribunales de Justicia:
“¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás Pagarse la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los jesuitas. Todo Lo dicho es mi deseo.
Fulano”
Por lo tanto la herencia pasa a poder del estado.
Pari mi parecer este texto es una exelente hermienta para el trabajo de redacción. Este Ejercicio lo encontre en un libro de mi casa. Espero que sirva a quien lo quiera para practicar la redaccòn.